Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 88
Trata en este capítulo trata como çelebró su gran fiesta del tal emperador de los mexicanos, y de todos los pueblos sujetos binieron a çelebrarle su fiesta los rreyes y los señores comarcanos, hizo solengne sacrifiçio, nombrao, labatorio de rrey y labamiento de su rreal boca, motlatocapacHizo llamar Çihuacoatl Tlilpotonqui a todos los prençipales mexicanos y benidos al palaçio, les habla y dize: "Ya, señores prençipales, os es notorio como a hecho su obligaçión el rrey Monteçuma la guerra hizo y los cautiuos que de allá truxo. No se a çelebrado su fiesta del nombramiento del rrey ni es público ni notorio a los pueblos lexanos de esta corte, estarán ygnorantes de el tal rrey. Y para selebren ellos y bengan a este rreconosçimiento es nesçesario que bayan mensajeros a hazerlo sauer y bengan a este rreconosçimiento y traigan asimismo sus tributos. Bayan luego nuestros mensajeros y espeçial a los dos rreyes de Aculhuacan y de tepanecas, Neçahualpilli y Totoquihuaztli, porque estarán con este deseo biexos, biexas, niños y toda suerte y calidad de gentes; sepan que esta çiudad es cabeça y padre y madre de todos los demás pueblos, que está y asiste aquí la silla y trono del ymperio mexicano". Rrespondió todo el senado mexicano que así era la berdad, luego se pusiesen por obra los mensajeros para todas partes, y los de las costas, por lo consiguiente. Y ansí, luego, oydo los prençipales rreyes de Aculhuacan y el de tepanecas el llamamiento del emperador Monteçuma, començaron luego de benir poco a poco todos los prençipales y señores con sus tri [122v] tributos. Y estauan ya preuenidos todos los mayordomos de todos los pueblos, de cada un pueblo su mayordomo, tubiesen las comidas abentaxadas, mucho número de rrosas, perfumadores adonde se abían de aposentar los señores y prençipales de todos los pueblos. Dixo Monteçuma a Çihuacoatl Tlilpotonqui: "Mucho quisiera que biáramos a conbidar para esta mi fiesta a nros enemigos los tlaxcaltecas y tliliuhquitepecas y Huexoçingo y Cholula y los de Cuextlan y Metztitlan y los de yupiçingas y Mechuacan, dexada aparte la enemistad y guerras entre nosotros, que eso es por sí, no trante ni tocante e ello, que las guerras llamamos nosotros çibiles (xochiyaoyotl), que no se a de mentar en tales ocasiones, sino a sus tiempos, sino sólo conbidarles a nra fiesta en nra çiudad y bean de la manera que a nros dioses serbimos y rreuerençíamos con nros sacrifiçios y ser de la manera que es y está el gran ymperio mexicano". Oydo por los mexicanos, dixeron heran contentos dello y luego otro día se partirían. Y así, llamó Monteçuma a los mayordomos truxesen mantas y pañetes, cotaras para los mensajeros, los quales, escoxidos los más balientes y animosos, y con ellos los mercaderes, tratantes, harrieros nombrados teucnenenque, oztomeca, a los quales dixo Monteçuma: "Si caso fuere y alguno de bosotros no boluiere y les susçediere tre enemigos y allá murieren, yo tomo a mi cargo a uras mugeres y hijos, los sustentaré de todo lo nesçesario al sustento humano y de bestirlos cada çinco meses como y rrey que soy". Y con esto, partieron a Huexoçingo; llegados en medio y de los términos de Chalco y Huexoçingo, en el monte, hazen acuerdo tre ellos se esforçasen, hazían cuenta que trauan en el ynfierno con aquel rriezgo y cuenta, pues es tierra de capitales enemigos de los mexicanos, adonde tantos señores de cuenta y balor an muerto. Y así, cargados con cortezas de árboles de pino, que es a ymitaçion del carbón, los otros se cargaron trébol montesino (ocoxochitl), y llegados los mexicanos al palaçio del rrey Tecuanhehuatl (Cuero de tigre o leóm), y hablan a las guardas le dixesen estauan allí unos enemigos heram basallos biados que bienen con paz, "e dezilde son mensajeros de tepetlapan le traen unas rrosas". Buelto el portero, les dixo trasen y trados, le saludan muy cortésmente, pregúntanle el rrey que quién eran y de dónde, qué querían. Dixéronles como eran mexicanos y mensajeros. Díxoles el rrey: "Pues, ¿pudistes llegar aquí, que mis guardas no os hizieron pedaços a todos?" Dixeron los mexicanos: "Señor nro, nra enbaxada es que el rrey de Mexico nueuo y todos los demás prençipales os bían muchas saludes y os rruegan que para bean la manera que se haze la coronaçión, fiestas y alegrías y sacrifiçios a los dioses, se biniesen a holgar algunos días, dexado aparte las enemistades y guerras çebiles tre nosotros, como es el xuchiyaoyotl, que eso es con esfuerço, balentía de los unos a los otros, saluo esta fiesta y conbite". Habló a esto el segundo rrey su hermano, llamado Cuauhtecoztli, dixo: "Mirá, sobrinos y amigos, que ya tengo tendido eso de la rrazón traéis y digo [123r] que en el cumplimiento soi contento de que bayan a beer esa çelebraçión y coronaçión nros prençipales. Yo los biaré allá y guárdenlos para el día o dos días antes, y esto será sin falta". Tomada liçençia, fueron a la çiudad de Cholula y de la manera llegaron a Huexoçingo, a media noche llegaron a Cholula. Llegados al palaçio, hablan al portero, dízenle: "Pregonero", que ansí se llamaua, teucpoyotl, si duerme el rrey o no, que están aquí unos mensajeros le quieren beer y hablar, que son naturales de Huexoçingo". Dixo el portero: "Dizen los señores prençipales que tréis". Entrados, les hazen gran rreuerençia y umillaçión, dízenles los prençipales cholultecas: "¿De dónde sois? ¿Qué queréis?" Los mexicanos començaron a explicar la baxada lleuauauan, muy eloquente, muy pausada, dexantes las ocasiones de las guerras çibiles tre ellos, sino sólo a ber y çelebrar la coronaçión del rrey Monteçuma y la solenidad de su fiesta, de que fueron contentos dello diziendo sin faltar punto yrán a la coronaçión y fiesta, los aguarden dos días antes. Rresultos con esto, tomada liçençia, fueron a la gran çiudad de Tlaxcallan. Llegados a media noche, explican la baxada al rrey Xicotengatl. Oydo, dixo: "Sea norabuena. Sosegá aquí en este palaçio. No salgáis fuera, no os bean los maçehuales. Abremos acuerdo tre todos los prençipales. Daros emos la rrespuesta mañana". Otro día, fueron llamados los mensajeros, dixéronles: "Bien podéis yros y de nra parte nos encomendaréis mucho al rrey Monteçuma que se acuerda de nosotros, que allá yremos a la çelebraçión de su coronaçión y fiestas, y que nos bengan a rresçibir desde en mitad del monte", y con esto se despidieron. Y los otros tres mensajeros fueron a Tliliuhquitepec y de la misma manera traron a media noche y explicada su enbaxada y con acuerdo de ellos, otorgaron y conçedieron yrían para el día situado e les aguarden para ello. Llegados los mensajeros a Mexico Tenuchtitlam, explican la baxada lleuaron a las partes y lugares, bernán con bien. Otro día llegaron los baxadores que abían ydo a la Guaxteca, en Cuextlan y Meztitlam y Michhuacan, con buenos despachos, de que fue el rrey Monteçuma y todo el senado muy contentos. Y los mayordomos mayores, gran cuenta con ynfinitas abes, codornizes, gallinas monteses, conexos, liebres, rrosas, perfumaderos, munchísima sunma de rropas muy rricas, galanas, pañetes, cotaras doradas, mucha plumería, braçeletes de oro, orexeras, beçoleras de oro y piedras muy rricas de toda suerte, de que estauan ya todos muy bien aperçibidos, sin faltar punto de todo lo nesçesario. A la postre llegaron los mensajeros abían ydo a Yupiçingo: "e les bamos a rresçibir a rresçibir a los caminos para el día les çitamos la llegada a Mexico". Y en estos días era el rresçibir los mayordomos los tributos de los pueblos: "sus comenderos tenían las casas rreales, catorze rreales salas, linpias, caladas, pintadas de mucho género de pinturas, petates muy galanos. asentaderos para los señores prençipales conbidados, candeleros altos para luego desde la medianoche estubiese toda la gente a punto, el gran patio medio un buhiyo (xacal), adonde a de estar el teponaztli y atambor grande (tlalpanhuehuetl) con se haze la consonançia de la música; estaua ençima del xacal la diuisa [123v] de las armas mexicanas, con una peñuela pequeña de papel pintada, naturalmente peña, un tunal grande ençima y sobre el tunal una águila rreal teniendo con el un pie una gran bíuora despedaçada, y la águila tenía su corona de papel doblada, muy bien dorada, y pedrería muy rrica en torno della a la uzança mexicana, llaman teocuitla amayxcuatzolli. Y los lados del xacal, en la squina de cada una, una grande abe, sus pelos y plumas dél era de las mismas abes llamadas tlauhquechol y tzinitzcan, que rrelunbraua la plumería que daua mucho contento. Y a las tradas de las salas para los conbidados, muy toldado, enrramado y de mucho género de flores, rrosas, que daua gran contentamiento de beer la gran puliçía y limpieza, que una paxa caída en el patio no abía. Abían puestos muchos asentaderos grandes, galanos, llaman tepotzoycpalli, y por estrados a los pies cueros de tigueres muy galanos. Y lo mexor estaua situado para los tlaxcaltecas y Huexoçingo, Chulula, y en otra sala otros, como eran Mechuacam, Cuextlan, tliliuhquitepecas, Meztitlan, cada uno por su orden. Allá como después de medianoche o a las quatro del alua fueron como diez prençipales mexicanos muy bien adornados a llamar a los señores de Tlaxcalam, Huexoçingo, Cholula y, lleuando lumbreras muy grandes, trujeron a las casas rreales, derechos a sus salas a ellos dedicadas, en el patio haziendo el areito y mitote con mucha bozería.